top of page

 

Iñigo Saenz: “Mi música es un estilo propio que quiero mantener, porque es mi sello de identidad y el que tengo por bandera”

 

Iñigo Saenz Quevedo, de 25 años, es un compositor vasco de música folclórica e instrumental 

Claudia CIPITRIA

 

Iñigo Saenz Quevedo empezó con sus primeras composiciones desde muy pequeño. A los 12 años comenzó a hacerlo con el piano, en la adolescencia con la alboka y flautas irlandesas y a partir de ahí empezó a mezclar su pasión por el folk con la música de bandas sonoras, de donde surgió su proyecto personal: Tartalo Music. Este proyecto -en el que se encarga él solo de la parte musical, administrativa y audiovisual- nació en 2013 y lleva 4 álbumes hasta la fecha. En esta entrevista nos habla de la pasión que siente hacia la música y  del inesperado apoyo del público por no ser música comercial, que ya alcanza los 109.000 oyentes mensuales.


 

El viernes pasado, día 20 de noviembre, sacaste nuevo single, ¿qué es lo que más te inspira para componer tu música? 

 

La inspiración es un poco compleja porque en mi caso durante mucho tiempo, mi música se ha inspirado en mi mundo interno, que venía mucho de la fantasía. Sobre todo porque desde pequeño me han gustado las lecturas de mundos fantásticos de dragones y magos de los años 70-80, bastante por culpa de mi padre, que me lo ha transmitido. Pero sí que ha ido variando ese mundo interno de la fantasía poco a poco y ha ido mutando a otros temas más realistas, más inspirados por la historia y por la mitología. Si ahora tuviese que decir cuál es mi mayor fuente de inspiración, diría que es la historia y la mitología. Me gusta investigar sobre la música de la edad media, del renacimiento y del barroco. Este último single que he sacado es una pieza conocida de un compositor francés del renacimiento, publicado en el 1555. Esas son mis inspiraciones, sobre todo la mitología celta, la del País Vasco y la nórdica.

 

¿Cómo ha afectado el coronavirus a este nuevo single?

 

Bueno, la situación por el Covid-19 está siendo complicada para todos, pero a mi en especial me ha pillado en confinamientos forzosos. En esos encierros han sido momentos que he aprovechado mucho para seguir creando, para poner en orden proyectos antiguos que se habían quedado pendientes. En uno de los intentos de acabar uno de los discos que tengo entre manos me saturé y dije: “Me voy a poner con algo que ahora de verdad me motive”. Me puse a acabar el single que he sacado ahora, que fue un proyecto que empecé hace casi dos años. Musicalmente no tiene nada que ver con el Covid-19, pero se aprecian muchísimo las referencias al confinamiento. En este último single, a nivel visual -tanto en la carátula como en el videoclip- hay muchísimas referencias. La carátula es un castillo sobre una roca flotante que vuela, que está encadenada al suelo y refleja la libertad del individuo coartada, de alguien que quiere volar y no puede. El videoclip es alguien encerrado en un salón del renacimiento muy detallado, pero la sala está completamente oscura. Estás encerrado y toda la fantasía está en la vidriera de detrás. Y a la vez fuera está ese castillo que vemos en la carátula, que es otro castillo encadenado. Es como un mundo de castillos encadenados. Es un poco la paranoia, así es como lo he vivido yo, ese castillo que está fuera del salón se supone que son tus amigos, que a pesar de que están pasando por lo mismo que tú, les ves radiantes y te ayudan. Además, probablemente ellos desde su salón a ti te vean igual, porque eres un apoyo para ellos y ellos lo están viendo tan negro como lo ves tu en ese salón del videoclip.

 

“Vivimos en un mundo cada vez más globalizado,

esto ha permitido ganar cierta notoriedad”

 

Tu estilo no es muy comercial, ¿esto te ha supuesto inconvenientes a la hora de sacar adelante tu música?

 

Efectivamente, es la mezcla de dos estilos bastante poco comerciales como es el folk tradicional, que está pasando por una época no muy buena, y luego la  música orquestal y las bandas sonoras, que aunque sí que han tenido unos años de auge, no es algo que sea mainstream. Entonces mezclar dos cosas que no son nada conocidas hace que todo sea mucho más difícil. Es cierto que vivimos en un mundo cada vez más globalizado, esto ha permitido que a pesar de que estos géneros no sean comerciales, yo haya podido ganar  cierta notoriedad y oyentes. Pero tienes que llegar a ellos de formas mucho más alternativas, tienes que pensar la campaña de marketing, enterarte muy bien del perfil de la persona que te escucha y cómo puedes llegar a ellos. Entonces es difícil, pero es una parte creativa más de todo esto. En cierto modo es muy interesante, pero bueno, es algo a lo que uno está acostumbrado y cuando va a publicar algo lo va a tener en cuenta y para adelante con ello. 

 

¿Siempre has tenido claro que querías dedicarte a este ámbito? ¿Y sobre el género celta? 

 

El mundo de la música es muy incierto. Yo sabía que quería hacer música y ahora sí que tengo más claro que nunca qué es esto lo que quiero hacer. Lo que estoy haciendo no es exclusivamente celta, pero si va muy de la mano. Al final no me gusta encasillarme en un género porque la música que he desarrollado bebe de muchas raíces. Antes era un mar de incertidumbre, porque yo sabía que quería seguir haciendo lo que hacía, pero no sabía si esto tenía un público, si tenía una aceptación de gente que lo escuchara. Entonces bueno, tenía una serie de géneros en los que componía que veía que funcionaban, a través de los cuales he ido desarrollando un estilo propio. Y ahora quiero mantenerlo, porque es mi sello de identidad, el que tengo por bandera y al que quiero seguir dedicándome, pero no quiere decir que aquí a dos años cambie de punto de vista totalmente.

 

Vivir de la música al principio es complicado como ya sabemos, ¿cuándo sacaste tu primer disco creías que iba a tener impacto en las personas?

 

Sí, es muy difícil. Cuando saque mi primer disco no esperaba nada. De hecho, la música la hacía porque me llenaba a mi por dentro y porque en cierto modo estaba creando la música que quería escuchar. Si que es cierto que hubo un momento en el que empecé a tener cierto reconocimiento en redes sociales, de gente que me decía: “Me gusta mucho lo que haces, está genial”. Publiqué el disco, pero luego yo no tenía una repercusión económica. El verse disonancia entre lo que me decía la gente y ese conocimiento económico o laboral que tenía era nulo, pues me vi muy afectado. Porque lo primero, no me dejaba adquirir nuevos recursos para seguir mejorando en mi estudio de grabación, entonces fue una época un poco frustrante porque veía que lo que hacía a la gente le gustaba, pero no lo apoyaban. Pero antes de ver ese reconocimiento, cuando saque el primer disco no creía que iba a tener ningún impacto más allá de poder sacar de dentro algo que quería hacer.

 

Teniendo en cuenta que te encargas tanto de la parte musical y administrativa como la audiovisual, ¿cómo ha sido el proceso de crear tu nuevo videoclip?

 

El proceso de grabación ha sido bastante divertido, a la par que era difícil porque al fin y al cabo, cuento con medios limitados. Me echó una mano mi hermana encargándose de la cámara y yo me encargué de todo lo demás. Al final esto es un croma que monte yo en el salón de casa, moviendo un sofá para un lado y para otro. No había sitio. Croma para el suelo, croma para la pared, grabar un plano porque no daba para más y sin tiempo. Tampoco teníamos sitio para hacer más planos. Luego edición, edición fotográfica y efectos visuales. Ha sido divertido el poder recrear ese pedazo salón en el salón de mi casa, que al final son muy pocos metros cuadrados. Entre los focos mi hermana y yo no entrabamos.

 

“Criminalizar a los jóvenes de ser unos ninis,

me parece el mayor error del mundo”

 

Desde tu punto de vista, ¿qué opinas acerca del mito de que los jóvenes somos unos ninis y qué dirías para desmentir este mito?

 

Opino que es un mito. Al final mi experiencia personal es que yo acabé de estudiar, hice las practicas y me puse a trabajar. Estuve un par de años en una empresa, luego me puse como autónomo por mi cuenta y todo esto mientras, como hobbie, seguía dedicándome a la música, hasta que llegó un momento en el que dije: “Quizá me lo puedo replantear y dedicarme exclusivamente a la música”. Quizá sí que hay una situación de jóvenes que no estudian o que no trabajan, pero no es porque no quieran estudiar o porque no quieran trabajar. Hay mucha gente que no estudia lo que quiere estudiar porque no se lo puede permitir económicamente o porque no tiene los medios y gente que no trabaja no porque no quiera, sino porque la situación es la que es y criminalizar de esto a los jóvenes me parece el mayor error del mundo.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Ver making of 

tartalo.jpg

© 2023 by Name of Site. Proudly created with Wix.com

bottom of page