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Pedro Pastor: “El objetivo de mi música es hacernos más libres, vivir mejor desde el abrazo, el baile, el entretenimiento y también desde la conciencia y la poesía”

 

Pedro Pastor Guerra es un cantautor madrileño de 25 años cuyas letras destacan por tener una gran carga reivindicativa

 

Julia BILBAO

Pedro Pastor Guerra comenzó su carrera a muy temprana edad ofreciendo recitales y con apenas 18 años publicó su primer disco, un EP de seis canciones titulado “Aunque esté mal contarlo” (2012). Hasta el momento, ha compuesto otros 4 discos: “La vida plena” (2014), “Solo los locos viven en la libertad” (2016), “SoloLuna” (2017) y “Vulnerables” (2019). Todas sus canciones tienen una gran carga reivindicativa, un discurso inconformista y una gran crítica social. Además, han sido creadas de una manera autogestionada y sin discográficas de por medio. También cuenta con una gran herencia familiar: es hijo del cantautor Luis Pastor y de la vocalista Lourdes Guerra y sobrino de Pedro Guerra, también cantautor. En esta entrevista nos cuenta, entre otras cosas, la fortuna que ha supuesto para él tener unos padres que han empatizado con su “manera de entender el mundo”.

¿Estás satisfecho con tu trayectoria musical hasta la fecha?

Sí, y me enorgullece mucho poder estarlo. Creo que es un privilegio y una hermosura poder dedicarse a lo que uno sabe y le gusta hacer. Además, creo que se completa esa satisfacción cuando tomas las riendas de tu propio camino, tomas tus propias decisiones y haces lo que quieres hacer dentro de ese oficio. Estoy satisfecho de poder dedicarme a lo que me dedico y aún más de poder hacer lo que quiera en este ámbito.

 

¿Cuál dirías que es el mensaje más importante que quieres transmitir con tu música?

Captura de pantalla 2020-11-12 a las 18.
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No tengo claro cuál es el mensaje que quiero transmitir con mi música. Creo que no hay una única directriz. Obviamente supongo que hacernos más libres, hacernos vivir mejor desde el abrazo, desde el baile, desde el entretenimiento y también desde la conciencia y la poesía. El brindarnos herramientas, a lo mejor tiene que ver con eso, con encender las bombillas. El arte sirve para todo eso, ayuda a despertar y enciende unos motores que solo se ponen en marcha a través de él.. Creo que tiene ese gran poder y es muy interesante intentar utilizarlo.

Sabemos que tanto tu padre -Luis Pastor- como tu madre -Lourdes Guerra- y tu tío -Pedro Guerra- han influido en ti como músico y persona, ¿Qué ha supuesto para ti esa herencia musical familiar?

Yo creo que ha sido un regalo nacer en esta casa y tener los padres que he tenido. Creo que sobretodo a nivel humano es muy valioso tener unos padres que te den libertad en la crianza y sobre todo que te comprendan, que te escuchen, que empaticen con tu manera de entender el mundo y que te dejen ser quien quieres ser, eso es un regalo. Y musicalmente por supuesto ahí hay un bagaje, hay una información que a mí me llega desde muy pequeñito de músicas diversas. Mi madre es una gran consumidora de música, escucha mucha buena música y ahí está esa herencia irremediablemente enriquecedora.

"El arte ayuda a despertar y enciende unos motores

que solo se ponen en marcha a través de él"

En el documental de vulnerables  afirmas que «Hay ciertas palabras que han sido maltratadas y que han perdido su verdadero significado o la connotación positiva de este, la vulnerabilidad es uno de esos términos». ¿Qué verdadero sentido tiene para ti esta palabra? ¿A qué otras palabras crees que les ha pasado lo mismo?

¡Qué buena pregunta! Creo que todas las palabras han perdido su verdadero significado de tanto usarlas. “Libertad”, por ejemplo, aunque es una palabra que sigue siendo profunda ya no se sabe cuál es su auténtico significado. “Democracia” también ha perdido su valor, con las cuestiones políticas pasa mucho. 

“Constitución”, “dignidad”... Creo que son las más valiosas las que al final acaban perdiendo su verdadero sentido por haber sido maltratadas. Y para mí la vulnerabilidad es nuestra capacidad de sentir, nuestra capacidad emocional, nuestra capacidad de adaptarnos. Somos vulnerables porque estamos vivas y las cosas nos duelen y nos hieren y eso no es un defecto, eso es una virtud, es ser sensible. O por lo menos puede llegar a serlo aunque a priori no lo sea. 

Compusiste SoloLuna de los 19 a los 22 años, ¿Cómo fue el proceso de creación y qué aprendiste de él? 

Creo que SoloLuna fue el cambio, el disco de mi transformación. Yo era un chico de barrio.  Aunque tuviera una casa en la que se respiraba mucha cultura, tenía las tradiciones de un barrio de las afueras de Madrid, de Rivas. Y aunque tenía objetivos como querer ser independiente, querer dedicarme a la música y querer viajar, estaba bastante quieto aún. Y fue a través de mi primer viaje a Colombia en 2015 en el que me cambia la visión del mundo, en el que yo entiendo lo que es la expansión por primera vez, lo que es salir del nido. Entiendo lo que es ver con perspectiva cuáles eran mis hábitos en el lugar del que nunca había salido. Salgo por primera vez del nido cuando me voy a América -aunque haya viajado antes por España- porque cuando me voy solo con la mochila es cuando me encuentro  con  una realidad, una vida, un humor, un lenguaje y una música diferentes. Y SoloLuna está compuesto en esos viajes, entonces creo que ese fue el proceso vital más fuerte. 

 

¿Te han juzgado alguna vez por no cursar lo que la sociedad define como estudios convencionales (una carrera universitaria o similar) después del bachillerato y decidir apostar por la música? 

Por supuesto que se me ha juzgado por no estudiar una carrera universitaria. Tengo un vecino al que quiero muchísimo que aún me sigue diciendo que estudie. Y yo creo que lo que no entienden es que si estudias para asegurarte un futuro laboral y  dedicas 4, 5 o 6 años de tu vida casi a tiempo completo a esa carrera universitaria, es tiempo que no  estás dedicando a tu apuesta. Además, son esos años frescos en los que uno tiene toda la vitalidad del mundo y la inocencia como para lanzarse a perseguir lo que uno quiere. Entonces, es absurdo estudiar una carrera universitaria cuando lo que quieres hacer no está abarcado por una universidad, como por ejemplo, la composición musical. Por lo menos ese es mi modo de entenderlo y mi propia experiencia.

 

"La mayoría de jóvenes que conozco, como dice

mi canción, quieren recorrer este planeta"

 

En “Desaprendiendo”, canción que cierra el disco SoloLuna, dices que “los jóvenes queremos recorrer este planeta”. Existe el prejuicio contrario a esta afirmación, el de que los jóvenes somos unos ninis. ¿Qué dirías para desmentirlo y confirmar tu verso?

La mayoría de jóvenes que conozco  quieren recorrer este planeta, pero también conozco otros que no lo quieren hacer. Yo creo que no hay una generalización. Entonces, diría que como en cualquier otra generación  hay gente para todo, pero creo que la mayoría queremos recorrer el mundo, ¿cómo no vamos a querer?

 

 

¿Qué impacto laboral generas con tu trabajo? 

Nuestro equipo de trabajo no es muy grande, pero creo que tiene algo muy hermoso y siempre lo ha tenido: todos somos amigos del barrio, de Rivas. Y además hace muchos años que nos conocemos, pero todos somos profesionales. Creo que es muy bonito que a través de mi música se haya generado algún puesto de trabajo, si se le puede llamar así, y me he podido rodear de estas personas a las que quiero y admiro más allá de su trabajo y eso ha hecho que seamos una familia. Guillermo Alegre, mi manager, es mi mejor amigo de la adolescencia y cuando decidí que yo ya no podía ser más mi manager porque no daba abasto, en vez de firmar por un manager que tuviera los contactos, el nombre o la oportunidad de lanzarte en el mercado laboral, decidí apostar por una persona que me conocía perfectamente y sabía lo que quería y lo que no, que creo que es muy importante. Los Locos Descalzos, Nico y Alvarito, músicos de un talento absoluto y amigos también de hace años; nuestro diseñador, también amigo de este barrio y del instituto; y Lucas, que es nuestro bibliógrafo, también es un amigo, el hermano de nuestra amiga Camila de la pandilla de toda la vida. La verdad es que tenemos mucha suerte. Entonces bueno, ahí estamos,  no generamos mucho trabajo porque aún no hay mucho volumen, pero por lo menos somos una familia de trabajo.

Desaprendiendo

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